Los peces no se multiplican, desaparecen

Doña Yolanda Ramírez y doña Níshida Shupingahua, vendedoras de pescado del mercado ambulatorio de Bellavista, recuerdan tiempos pasados cuando abundaban los peces, mientras esperan vender lo poco que pueden ofrecer.


Doña Rosa Ahuanari, a la espera de sus compradores. Pero como se observa, casi no tiene mucho que ofrecer. Solo un poco de ractacara a S/. 2. el kilo.


Solo en días feriados, la Dirección Regional de la Producción, oferta pescado criado en piscigranjas. Que no llega a la mesa popular por lo escaso y alto precio: S /. 5. kilo.


Abundancia de peces en Pucallpa, ahora solo es un recuerdo

Ucayali. 13.04.06. El pescado, alimento tradicional de los ucayalinos, ha desaparecido literalmente de la mesa popular. De la abundancia de peces de hace unos cinco años, solo queda el recuerdo. Los ríos y cochas (lagunas) hábitat natural de este recurso ictiológico, lucen sin vida.

“Las grandes ‘mijanadas’ (masa de peces de diferentes especies) que salían de los afluentes y surcaban el río Ucayali, ya no están más. Desaparecieron. Hasta en las cochas donde anidaban los boquichicos, sábalos y carachamas, el peje (pescado) solo es un recuerdo”, relata con nostalgia don Santos Tuesta Rengifo (60) natural de San Martín, con más de 40 años de residencia en ‘El Arenal’, uno de los barrios más populosos de Pucallpa.

La escasez de de este alimento se deja sentir mucho más en fechas como Semana Santa. En un recorrido por los principales centros ambulatorios donde se comercializa el pescado, se puede observar un panorama muy preocupante y desolador. Doña Yolanda Ramírez y doña Níshida Shupingaua, tienen que madrugar a las 4 a.m. para dirigirse al puerto de La Hoyada, ubicado a unos 20 minutos en motocar fuera de la ciudad, para poder comprar a los pescadores y llevarlo a vender en sus puestos del mercado ambulatorio de Bellavista.

“Solo conseguimos palometitas, pequeños boquichicos y ractacaras. Que por cierto son las especies de menor calidad. Qué vamos a hacer. Y lo peor es que nos venden muy caro”, dice doña Níshida. ¿Y usted a cómo lo vende? A dos soles el kilo, me responde.

Doña Yolanda, recuerda que hace menos de cinco años, sí que había pescado en abundancia. “Entonces, nadie pescaba ractacaras, ni estos pescados que usted ve en mi mesa de venta. Solo teníamos buenos peces, boquichicos, sábalos, palometas, enormes carachamas y toda la gente podía comprar. Nadie pagaba más de 50 céntimos el kilo. Tanta era la abundancia que hasta vendíamos tres a cuatro kilos por un sol. Y a veces hasta teníamos que regalar para no botar. Así era joven”, recuerda doña Yolanda.

En verdad, la riqueza ictiológica de la cuenca del Ucayali, viene desapareciendo. En setiembre del año pasado, el presidente Regional Edwin Vásquez López, advirtió sobre estas especies en peligro de extinción. “Con el enorme flujo de embarcaciones que surcan el ucayali, con su carga de combustibles y pertrechos hacia los yacimientos de Camisea, nuestros ríos y Cochas se están contaminando. Los peces están muriendo. Y nuestros pueblos y comunidades indígenas y mestizas se están quedando sin su principal sustento alimenticio”, expresó el funcionario.

Mientras tanto, el pescado, el alimento más popular y que nunca faltó en la mesa más humilde, se ha convertido en un lujo que solo se pueden dar los que pueden pagar entre 10 y 12 soles el kilo.

FIN